Tortuga baula (Dermochelys coriacea)

Dermochelys coriacea en la playa

Seguramente te han enseñado que las tortugas se caracterizan especialmente por tener su duro caparazón donde son capaces de esconderse y tener su propio «hogar» y refugio ante el peligro. Sin embargo, hoy vamos a hablar de la única tortuga marina que no cuenta con caparazón duro. Se trata de la tortuga baula. Su nombre científico es Dermochelys coriacea y baula en inglés significa «espalda de cuero».

Si te gustan las tortugas y quieres descubrir este ejemplar tan especial, sigue leyendo 🙂

Características principales

Boca de la tortuga baula

Su nombre común hace referencia a la estructura que posee a modo de caparazón. Se trata de una piel sin placas con una textura más suave parecida al cuero. Para que esta capa sirva de protección para el animal a pesar de no ser tan dura como un caparazón común, cuenta con unas piezas poligonales llamadas osteodermas que hacen que se fortalezca y pueda servir de protección para el animal.

Durante las primeras semanas de vida, la tortuga presenta escamas. Conforme va creciendo y su cuerpo se va desarrollando, las pierde. Su piel es de color negra y tiene trozos moteados de color blanco. El caparazón dispone de siete crestas con una forma aerodinámica y ligeramente flexible que la hacer ser una buena nadadora.  Su plastrón puede variar en color y tiene cinco crestas.

A esta especie se le conoce por otros nombres comunes en español como tortuga laúd, siete, tinglar, canal y quillas.

Tamaño de la tortuga baula

tamaño de la tortuga baula

Esta especie de tortuga es la más grande de todas las especies de tortugas marinas. Por lo general, mide 1,30 metros hasta 1,75 metros. Una hembra es capaz de pesar hasta 500 kg. Su cabeza es muy grande comparada al de otras tortugas. Tan sólo la cabeza es capaz representar el 20% de todo su cuerpo.

Esta tortuga tampoco posee uñas como otras y sus aletas delanteras son muy poderosas, lo que le permite ser una gran nadadora.

Como siempre, existen especies de tortuga que marcan récords inimaginables. Pues la tortuga baula no iba a quedarse atrás. Hace unos 15-20 años, se logró capturar en Gales (Gran Bretaña) la tortuga baula más grande de la historia. Llegó a pesar casi 1.000 kg y con una longitud de tres metros, contando desde la cabeza hasta la cola. Todo un ejemplar que da miedo hasta encontrárselo.

Hábitat de Dermochelys coriacea

Huevos de Dermochelys coriacea

El área de distribución de esta tortuga es de las más amplias. Puesto que es capaz de bucear a grandes profundidades, habita todas aquellas zonas más bajas y donde la temperatura es menor. Se le ha llegado a ver en profundidades de hasta 1000 metros, cuando lo más habitual es que no sobrepase los 200 metros. Normalmente, cuando bucea, lo suele hacer durante un máximo de 15 minutos. Tras ello, vuelve a la superficie.

Su área de distribución es tal que se le puede encontrar en las profundidades de todos los mares del mundo, en aguas pelágicas de los océanos más templados y tropicales y también en las aguas frías sub-árticas.

De todas las zonas donde puede encontrarse, la más común es verla cerca de aguas templadas tanto al oriente como occidente de Estados Unidos y Canadá. Su amplia área de distribución se debe a su alta capacidad para tolerar un rango alto de temperaturas. Son capaces de mantener su temperatura corporal hasta unos 18 grados por encima de la temperatura del agua a la que se encuentra. De esta forma no se congelan y pueden nadar tranquilamente.

Las características de su cuerpo que permiten este control en la temperatura corporal reside en su enorme masa, la capa de grasa que tiene subdérmica que actúa de aislante térmico y sus aletas, que cumplen una función de intercambiador de calor por contracorriente. Gracias a estas características especiales, esta tortuga puede ampliar su rango de distribución y nadar por numerosas zonas.

Alimentación

Alimentación de la tortuga baula

Para alimentarse esta tortuga carece de dientes. Sin embargo, dispone de una mandíbula cuya estructura en «W» le hace parecer que tiene dientes. También tiene unas proyecciones corneas en la zona del esófago que le ayuda a asimilar mejor la comida.

Su dieta se basa casi enteramente en cuerpos suaves. Las medusas son las principales presas de la tortuga baula. Puede comer perfectamente las medusas incluso más venenosas, puesto que son inmunes a las toxinas que desprenden cuando están en peligro.

La tasa de crecimiento de este animal no está confirmado aún exactamente pero se estima que, para poder crecer a un ritmo más acelerado, debe comer varias veces su peso corporal a diario.

Reproducción

Crías de tortuga baula

Su ciclo de vida suele durar un poco más de treinta años. Normalmente (aunque no es exacto) alcanzan la madurez sexual entre los 9 y los 14 años. A partir de ahí, las hembras van realizando un promedio de 5 a 9 nidaciones por año, en intervalos de 10 días. Sin embargo, no son capaces de tener crías todos los años, sino que tienen que esperar dos o incluso tres años para volver a tener crías.

Las nidaciones tienen lugar durante la noche, cuando la tortuga sale del mar para poner los huevos situados por encima de la línea de marea alta. De esta forma garantiza la supervivencia de los huevos ante el posible oleaje y las maras altas. Las hembras eligen para su nidación aquellas playas cuya plataforma continental es menor y así tienen un acceso más fácil y libre de rocas o corales. Tampoco quieren aquellas playas que tengan corrientes muy abundantes con gran oleaje.

Cada vez que anida, deposita unos 80 huevos de aproximadamente el tamaño de una bola de billar. Estos huevos poseen yema. También pone otros treinta huevos más o menos sin yema y de forma variable. Esto lo hace para confundir a los depredadores que cojan un huevo sin yema y dejen de atacar el nido.

Cuando nacen las tortuguitas están cubiertos con pequeñas escamas de color blanco con forma poligonal y, conforme van creciendo, las van perdiendo.

Estado de conservación y amenazas

Principales amenazas de la tortuga baula

Esta especie de tortugas está catalogada en la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) como en Peligro Crítico de Extinción. Esto quiere decir que sus poblaciones han disminuido un 80% en los últimos diez años. Dada su forma de vida y el exceso de población en las playas, la supervivencia de las crías se ve afectada.

Entre sus amenazas nos encontramos con la pesca accidental de arrastre, la sobreexplotación de los huevos y la destrucción de los hábitat donde anidan.

Esperemos que se realicen esfuerzos suficientes para recuperar a esta especie de tortuga tan especial que nos deja con más ganas de conocer de este mundo de las tortugas 🙂


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