Siempre se ha conocido a las tortugas por ser animales grandes, lentos y pesados. Sin embargo, existen miles de especies de tortugas que nos puede sorprender a más de uno. Como por ejemplo la tortuga boba. Su nombre científico es Caretta caretta y pertenece a la familia Cheloniidae. Se trata de la tortuga marina más pequeña y abundante que existe en el mediterráneo.
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Características de la tortuga boba
Dependiendo de la zona geográfica de España donde nos encontremos, esta tortuga posee otros nombres comunes como tortuga babaua, tartaruga mariña común o egiazko kareta.
Esta es la especie de tortuga más pequeña y abundante que se encuentra en el Mar Mediterráneo. Tan sólo llega a medir 1,2 metros y a pesar únicamente 120 kg. Para una tortuga, este peso es muy ligero.
Posee una piel recubierta de escamas epidermales queratinizadas de un color variable que les ayuda a endurecer la piel para protegerse de los depredadores. El caparazón lo hace ser más vistoso dado que tiene tonos marrones y rojizos. La tonalidad del caparazón suele ser más oscura que la del resto del cuerpo. El plastrón es de color amarillento y su cuerpo del mismo color con algunos tonos marrones.
Las características que hacen ser a esta especie distinta de otras es que poseen entre 4 y 5 escudos prefrontales en la cabeza, y pares de escudos en el costado colocados en su caparazón y dos uñas por cada aleta. Al igual que el resto de tortugas marinas, su cabeza y sus extremidades no son retráctiles.
Hábitat y área de distribución
Aunque es más abundante en la zona del Mediterráneo, se puede localizar en casi todos los mares y océanos cuya temperatura sea algo más cálida. Es posible encontrarla tanto en mar abierto como en aguas poco profundas y zonas costeras. Se le ha podido ver en bahías y estuarios, acercándose a las playas para el desove. Dependiendo de su ciclo de vida, puede vérsele más frecuentemente en unos lugares u otros.
Cuando buscan refugio y tranquilidad nada mar adentro para protegerse de las costas y el fuerte oleaje. Por otro lado, los adultos con capacidad reproductiva y los juveniles que acaban de nacer se pueden encontrar con mayor frecuencia cerca de las plataformas continentales y estuarios costeros.
Viven en zonas del Atlántico, el Pacífico y el Índico. Se les puede encontrar con gran abundancia en América del Norte y el Golfo de México. Su zona de nidificación más importante para desovar son las costas de Florida y en las zonas del Atlántico oriental las islas de Cabo Verde. En el Pacífico viven en aguas templadas y subtropicales, en el mar de China oriental, Pacífico suroccidental y Baja California, las zonas de desove más importantes en esta zona son Japón y Australia. Las que se encuentran en el océano Índico desovan principalmente en la península arábiga en Omán.
En nuestro mar Mediterráneo es la especie de tortuga de que más abunda de las tres que hay. Suelen irse al mar de Alborán y el mar Adriático para desovar, aunque su principal zona de desove es Grecia.
Alimentación de Caretta caretta
Las tortugas bobas son omnívoras. Gracias a su pico córneo dispone de una buena musculatura y un esófago cuyo interior tiene espículas córneas que le ayudan a dirigir el alimento. También es capaz de triturar las partes más duras. Por ello, su dieta es muy diversa y está formada por:
- Bivalvos (conchas)
- Gasterópodos (caracoles marinos, lapas, nudibranquios,…)
- Crustáceos (cangrejos, gambas, percebes…
- Peces, corales, medusas, briozoos, braquiópodos, pepinos de mar, estrellas de mar, erizos, poliquetos, esponjas, algas y plantas marinas.
Reproducción
Existe un dimorfismo sexual cuando son adultos, por lo que es más fácil reconocer cuál es el macho y cual la hembra. Alcanzan la madurez sexual entre los 15 y 30 años dependiendo de cada individuo y sus condiciones. Para diferenciar a simple vista qué ejemplar es macho, debemos observar la cola. Ésta será de mayor tamaño que la de la hembra, puesto que posee en su interior el órgano copulador.
Su reproducción es ovípara. Su zona donde más desova es en Grecia en el Mediterráneo. La hembra es capaz de almacenar gran cantidad de esperma de varios machos hasta el periodo de ovulación. Su periodo de apareamiento comienza a finales de marzo y acaba a principios de junio. Durante ese tiempo, la hembra se va aperando y acumulando esperma de varios individuos macho.
Cuando llega la época del desove, la hembra puede realizar entre 4 y 9 puestas con intervalos de unas dos semanas cada una. Cuando acaba de desovar, no podrá hacerlo de nuevo hasta pasados 2 o 3 años. Una vez pasado este tiempo, puede recuperar su ciclo reproductivo. Esto es debido a que en cada puesta la hembra es capaz de poner entre 100 y 120 huevos por nido. Esto le supone un gran esfuerzo a la hembra.
Periodo de incubación
El periodo de incubación suele durar entre 50 y 80 días. Las crías tan sólo tienen un tamaño promedio de cinco centímetros, son de color más oscuro que los adultos y pesan tan sólo 20 gramos. Al igual que el resto de especies de tortugas marinas, el sexo de la cría depende mucho de la temperatura a la que está la arena donde desova. Si la arena tiene una temperatura superior a los 29 grados, la probabilidad de que sea hembra es mayor. Las temperaturas ideales para el correcto desarrollo de los neonatos se sitúan en un rango que va entre los 23 y 35 grados. Por encima de estas temperaturas, no está asegurada la supervivencia de la cría.
Los huevos suelen eclosionar por la noche y las crías se guían por la luz de la luna hasta el agua. Cuando son recién nacidos son presa fácil. Los neonatos sufren constantes ataques de depredadores naturales al ser tal vulnerables. Por ello, no todos los huevos que eclosionan acaban sobreviviendo. En su etapa adulta, los principales depredadores que tienen son los tiburones.
Con esta información podréis conocer un poco más acerca de esta tortuga y adentrarse aún más en este mundo tan fascinante 🙂