Las tortugas gigantes son aquellas de un tamaño increíblemente grande y habitan en el Archipiélago ecuatoriano de las Islas Galápagos. Existen algunas especies de este tipo de tortuga y, por ello, están dentro de la familia de las tortugas gigantes.
En este artículo analizaremos a fondo las características y modo de vida de estas tortugas tan especiales. ¿Quieres conocer todo acerca de ellas? Si sigues leyendo, podrás descubrirlo 🙂
Hábitat de las tortugas gigantes
Por su nombre conocido se puede saber que viven en las Islas Galápagos. Son terrenos característicos por ser bastante áridos y secos. Se encuentran en la zona del Océano Pacífico. Están distribuidas más frecuentemente por las zonas con más altitud de las islas. Esto se debe a que las zonas con más altitud se caracterizan por tener un clima más húmedo y una vegetación más frondosa donde, a parte de comer, se esconden de sus depredadores.
Las zonas donde hay agua (ya sea en ríos, lagos o charcas grandes) son las más probables de albergar ejemplares de tortugas gigantes. Aunque estas tortugas son de tierra, necesitan refrescarse en el agua dado que no pueden regular por sí solas la temperatura corporal. Tanto si hace calor como frío, se meten en el agua para refrescarse o toman el sol para calentarse.
Otras de las Islas de la zona donde se encuentran en mayor número de concentración son la Isla de Santa Cruz y la Isla Isabela.
Características principales
Estas tortugas presentan unas características similares al resto de familias. Sin embargo, podríamos decir que a gran escala. Existen tortugas gigantes que son capaces de medir hasta 2 metros de longitud. Esto se consigue cuando llegan a su edad adulta y pueden alcanzar un peso de 250 kilos en promedio. Dependiendo del tipo de especie, su tamaño y peso puede ser mucho mayor.
Estas tortugas no poseen dientes como el resto. A cambio poseen un pico óseo bastante poderoso con una función vital para poder alimentarse o apartar los obstáculos del camino.
Al contrario que se suele pensar sobre las tortugas, éstas no son capaces de esconder la cabeza dentro del caparazón. Por ello, deben emplear su fuerza y el pico óseo para defenderse. Por su tamaño no suelen tener muchos depredadores, pero sí que tiene algunas amenazas.
En cuanto a sus colores, los más predominantes son los verdes oscuros y negros. Su piel es bastante rugosa y presenta escamas. Dependiendo de la variedad de tortuga galápago se pueden observar algunas diferencias en las estructuras del caparazón y piel. Son las tortugas más longevas conocidas. Aunque aún hay estudios que intentan ver cuántos años es capaz de sobrevivir, se sabe que pueden durar 170 años.
Debido a su longevidad, en la antigüedad han sido objeto de cultura y creencias en muchas tribus y pueblos. Eran considerados animales tranquilos con mucha sabiduría y paz.
Tipo de comportamiento
Debido a que es una familia de tortugas gigantes, existen distintos comportamientos entre ellas. La mayoría de ellos son animales sedentarios que no tienen mucho interés en explorar nuevos mundos. Al contrario que otras tortugas terrestres a las que les encanta escalar o explorar, las tortugas gigantes se mueven únicamente por sobrevivir, alimentarse o escapar.
Algunos ejemplares se les ha podido observar desplazándose hacia zonas donde pueden vivir mejor. Esto se debe a la búsqueda de nuevos alimentos o zonas donde poder vivir más tranquilamente y con más horas de sol. Les encanta tomar el sol durante muchas horas al día. Sin embargo, si el calor es sofocante, optan por marcharse al refugio a la sombra. La vegetación, dependiendo del tamaño y la densidad, también les puede servir para protegerse del intenso calor del sol.
Tipos de tortugas gigantes
Existen algunas variedades de tortugas de gran tamaño. Algunas de ellas habitan en las zonas con mayor humedad y una vegetación abundante. Una de las características que conservar las distintas variedades es el caparazón en forma de domo. Son bastante comunes en las zonas de los volcanes y las Islas de Santa Cruz.
Otro tipo de tortugas gigantes son aquellas que tienen el caparazón con forma de silla de montar. Gracias a esta peculiar forma, son capaces de sacar el cuello para buscar el alimento de una forma más fácil. Suelen habitar en las zonas más secas, donde el número de plantas está más reducido. En vez de eso, ingieren otro tipo de alimento.
Nos podemos encontrar a la tortuga Galápagos, la tortuga gigante de Aldraba y la tortuga Leopardo, entre otras.
Alimentación
Como hemos mencionado antes, las tortugas gigantes han sido estudiadas por su peculiaridad. Se ha podido comprobar que escogen las hierbas y plantas más frondosas y portadoras de líquidos para mantenerse hidratadas. Su dieta se compone de las plantas que encuentran por el camino. Por ejemplo, pueden comer cactus sin ningún problema, gracias a que tiene protección contra las espinas.
También se le puede encontrar añadiendo a su dieta algunos alimentos como frutas e incluso anfibios y pequeños crustáceos. Dependiendo de la época del año y la disponibilidad de los nutrientes del medio, la tortuga decide alimentarse de distintas cosas.
Tortugas gigantes extintas
A lo largo de miles de años estas tortugas han sufrido constantes amenazas de la piratería y la caza. La evolución les ha permitido adaptarse a los entornos más complejos, pero estas actividades pusieron en peligro la supervivencia de las especies.
Lamentablemente, hoy día no podemos ver numerosas especies de tortugas gigantes puesto que están extintas. Una de estas tortugas tiene el nombre de tortuga gigante de Floreana. Ya no podemos encontrar ningún ejemplar ya que desaparecieron a causa de la caza excesiva. Algunos estudios genéticos demuestran que hoy día existen algunos híbridos de tortugas Floreanas viviendo en la isla.
Tenemos que concienciarnos de que las tortugas son animales más indefensos para el ser humano y no pueden actuar en defensa propia. Numerosas tortugas marinas son amenazadas a lo largo de todo el mundo. Las tortugas domésticas son abandonadas y las tortugas terrestres cazadas de forma ilegal. Esperemos que se consigan recuperar las especies con un régimen de protección.